sábado, 12 de noviembre de 2011

Los taxis del Marne

Se celebraba ayer el aniversario del arminsticio que puso fin a la Primera Guerra Mundial, asíque hoy toca contar una historia sobre la Gran Guerra

 
Al principio, el avance alemán parecía incontenible, pese a duras batallas en Bélgica, nada parecía detener al ejército del Kaiser y menos aún un sobrevalorado y antiguo ejército francés que tenía a las fuerzas alemanas a 20 kilómetros de París.

Pero es París, y como París es puro charme y clase, sucedieron dos hechos que pese a su importancia militar, pasan a la historia además por un muestra más de la elegancia parisina: la Torre Eiffel y los taxis de París.

Años antes, durante la primera década del siglo XX, los parisinos se mostraban descontentos con la Torre Eiffel y la consideraban poco menos que un armatoste y fue precisamente la Primera Guerra Mundial, la que  las salvó
de ser desmantelada. Su altura era ideal para servir como antena que captase las ondas alemanas. Ya entrados en guerra, desde la base de la Torre, donde había una estación de radiotelegrafía sin hilos, los franceses podían escuchar las comunicaciones alemanas, que por lo general estaban cifradas.

La situación era tan desesperada en el ejército francés que sólo les separaba del desastre total, el tiempo. No sabían como contener las fuerzas alemanas y se pensaba en la evacuación de París y en la total derrota. Pero, entonces sucede algo inesperado, los alemanes, seguros de si mismos y de la victoria e ignorando la potencia de la antena de la Torre Eiffel, dejan de transmitir de manera encriptada para hacerlo en abierto. Los radiotelegrafistas franceses de la Torre lo captan. No pueden creer lo que escuchan y traducen, todo va bien en el frente alemán pero tanto hombres como animales está agotados y hambrientos después de un avance demasiado rápido y ambicioso. Necesitan parar, descansar y comer.

Los franceses no dan crédito a esta información, tienen la posibilidad de asestar un golpe decisivo a las fuerzas alemanas y ponen en ello todo su empeño. Se moviliza a 6000 hombres de la guarnición y reserva de París para ir al frente, a Marne, pero las lineas ferroviarias están destrozadas y sólo disponen de un centener de camiones y se necesita la máxima celeridad en presentar batalla antes de que los alemanes se rearmen y descansen. Y he aquí que el General Gallieni decide requisar todos los taxis de París para ir al frente. Unos 1200 taxis se requisaron en la noche y llevaron a las tropas de reserva francesas hasta Marne donde en una batalla decisiva se ataca a las cansadas fuezas alemanas y se logra deterner el avance germano, salvando París, Francia y una guerra perdida.


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