miércoles, 25 de abril de 2012

Revolución de los Claveles


En la madrugada, un 25 de Abril de 1974, en radio Renascensa, sonaba una preciosa canción (que después recorrería el mundo entero) "Grandola vila morena, terra da fraternidade..." en la voz del gran José Alfonso. Se iniciaba la Revolución de los Claveles. No era un golpe militar en sí, era el producto de una situación insostenible, de una dictadura que seguía en el poder desde 1926. Las guerras coloniales, hicieron que la mayor parte de los militares se dieran cuenta de la inutilidad por mantener el último imperio colonial de occidente, de su crueldad. Cada familia portuguesa tenía uno o dos familiares combatiendo en Mozambique o Angola, lo que produjo un sentimiento antibélico de los jóvenes portugueses que se movilizaron masivamente contra la guerra de Vietnam. 


El poder económico lo ostentaban 100 familias, la desigualdad social era abismal, uno de cada siete portugueses trabajaba fuera de su país para poder sobrevivir. La miseria en el campo, con una explotación latifundista, era escandalosa y las cárceles estaban llenas de presos políticos. Portugal al mismo tiempo era un paraíso para nazis huidos de sus juicios, para monarquías sin reino: española, italiana, dictadores como Fulgencio Batista... 



No fue solo un golpe militar, fue todo un movimiento obrero de huelgas y luchas obreras de años anteriores, fue el hartazgo del pueblo, que con su participación tomo las calles desde el principio. La autentica garantía de que se abría un nuevo horizonte.


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lunes, 9 de abril de 2012

Cuestión de convencimiento

Una de las ventajas de Hernán Cortés y sus hombres, más allá de los caballos, es que los aztecas tenían como objetivo capturar a los españoles porque llamaban su curiosidad, mientras que los conquistadores tenían como objetivo matar al enemigo. 

Esa diferencia es esencial y recuerda aquella frase de Georges Simenon "Yo tengo una inmensa ventaja sobre usted, haga lo que haga: yo he matado". No podemos obviar este tipo de determinación y de convencimiento como fuerza poderosa para acometer cualquier empresa. No hablo lógicamente de matar a nadie, sino que incluso en lo peor que se le puede hacer a un hombre, quitar la vida, la convicción, el convencimiento conlleva una fuerza extraordinaria, un aporte de motivación, que no sólo justifica sino que santifica el hecho, por malo que sea, ante quien lo realiza convencido.

Shakespeare en Julio Cesar ponía en boca de Bruto "Maté a César no porque le quisiera menos, sino porque amaba más a Roma". Ese convencimiento, esa convicción, ese fanatismo, lleva al hombre a un paso más allá, aunque sea lo peor. 

Así que el convencimiento es una arma poderosa y fuerte porque condiciona la voluntad y elimina límites que nos imponemos. De tal manera que convencidos de algo, lo ejecutamos con decisión. Da igual si es bueno o malo y si esas razones son buenas o malas, si estamos convencidos, a nuestros ojos, lo que hacemos está justificado, es necesario y beneficioso. Cuestión de convencimiento. Y sirve para aquellos que defienden una buena causa y matan y mueren por ella, imaginemos a esos soldados ingleses en la Segunda Guerra Mundial y sirve para una mala causa, las matanzas en Bosnia. El convencimiento es el mismo. Terrible lo equivocados que podemos estar en nuestra convicción.




sábado, 7 de abril de 2012

Ideas-Fuerza

Uno de los conceptos más de moda que se manejan en cualquier reunión que se precie es la de idea-fuerza. Generalmente no se sabe muy allá de donde viene este concepto. Se tiene por interesado que idea-fuerza no es más que el reforzamiento de una idea principal o preeminente. Tendemos a pensar que es el carácter de importante o central el que hace que una idea se convierta en idea-fuerza. 

En absoluto es así, como casi siempre o como casi con cada cosa, al contrario, la calificación especial de la idea-fuerza no es externa, sino interna. Son ideas que por si mismas encierran un potencial psicológico, emocional, transmisor. Son en si mismas potenciales de comunicación lógica y psicológica y son capaces de hacer evolucionar otras ideas y sistemas y hacen que el orden social o incluso moral sea más expansivo y humano. 

Y así mismo y trasladado a los individuos, podemos identificar ideas-fuerza en nosotros que marcan el desarrollo de como somos y sobre todo de como queremos ser, adonde llegar. Muchas veces cometemos el error de centrarnos en una idea y darle importancia excesiva, pero es una idea sin más, sin mayor trazo y sin mayor fuerza, que la que le viene de fuera y descuidamos, porque evidentemente son más laboriosas, las ideas-fuerza que tenemos en nuestro interior y es un error porque son ellas las que nos harán mejores.


viernes, 6 de abril de 2012

Infinitos cercanos

Cuando pensamos en ideas como que el universo es infinito tendemos a pensar en algo enorme, algo como el cielo y como el mar, que es lo más grande que podemos concebir, pero aún mayor. Establecemos una asociación mental de lo infinito como algo tremendamente grande al no tener fin, puesto que el horizonte o la vertical son las dos dimensiones más apreciables, en el sentido de posibilidad, que tenemos.

in embargo en un mismo punto se contiene un infinito. La posibilidades de que nos ocurra algo en las circunstancias en que nos ocurre son infinitas, lo que quiere decir que eso que me pasa tal y como me pasa, es una insignificancia dentro de un mundo de posibilidades, un universo de posibilidades, mejor dicho, dado que el mundo es finito.

Si a lo que nos ocurre, tal y como nos ocurre, le añadimos el componente de todo lo que nos ha ocurrido en las circunstancias que nos han ocurrido, el concepto infinito es aún más intenso en nuestro pensamiento, que no en la realidad. Y aún más si todo eso lo cogemos y lo mezclamos con todo lo que ha pasado en las circunstancias que han pasado con toda la gente que nos ha pasado, a los cuales les podía haber pasado otras cosas, en otras circunstancias y con otras personas, la infinitud de las probabilidades en nuestra forma de pensar hace que lo que no tenía fin en concepto, en nuestra mente, aún sea más grande, y eso sin salirnos del punto mismo en el que se está escribiendo este texto.

De tal manera, que por haber cogido el tren anterior, porque salimos el día que no íbamos a salir, porque cogimos el autobús más tarde, porque pasamos por la calle un minuto antes de que se cayese el balcón, porque compramose aquella camisa o por lo que fuera que fuese en sus inabarcables posibilidades, todo lo bueno y malo que nos pasa es el resultado de trillones de combinaciones elevado a trillones de combinaciones.

¿No me digan que no es una suerte que amen a quien aman, que quieran a quienes quieren y que la vida que llevan sea estupenda?

jueves, 5 de abril de 2012

Cuestión de sueños

En Memphis, en la hoy ciudad santuario de Elvis, hace más 40 años, un 4 de abril como hoy, James Earl Roy, apostado como francotirador, frente al balcón del Motel Lorraine disparaba contra Martin Luther King, que se encontraba allí para celebrar una marcha por los derechos de los basureros negros de la ciudad. En el momento de recibir el balazo en la cabeza estaba con sus colaboradores, entre los que se encontraba el reverendo Jesse Jackson.

Son de sobra conocidas sus ideas, sus principios, los hechos y hasta su sueño. No deja de impactarnos su discurso ante el Lincoln Memorial o su carta desde la cárcel de Birminghan en Alabama, así que destacaré la fuerza y el ejemplo de estos hombres. Hombres que encauzan a otros hombres, hombres de una fuerza inusitada que creen que el mundo debe ser cambiado y lo cambian. Hombres que aceptan el sacrificio por el bien de otros. Líderes que saben que cuando la rueda empieza a caer es muy difícil de parar, tanto como ponerla en marcha. Hombres que guían a otros hombres, que les trasmiten su fe, que no ceden ante la imposibilidad, ante la lentitud, ante la desesperanza.

A veces me pregunto donde encuentran esa fuerza, si en la desesperación, en la rabia o en una profunda creencia en lo bueno que tiene el ser humano y que sólo necesita sacarse a flote. Hemos llegado a un punto de nuestra sociedad donde este tipo de líderes está en desuso y nos cuesta reconocerlos como tales. Yo los echo de menos, echo de menos su inspiración, su fuerza, su impulso, que me zarandeen, que me motiven, que me hagan pensar que si podemos cambiar el mundo, que si puedo cambiar el mundo. Otros lo hicieron antes.



domingo, 1 de abril de 2012

El eterno insatisfecho

Andaba perdido en ensimismamientos poco productivos y que tienen que ver con las musarañas y ejercicio inútil de pensar y recordaba la distinción entre deseo y amor que hace Ortega, que creo una de las más acertadas clasificaciones que se han hecho jamás por la sencillez de su argumentación, por su rotundidad al identificarse y por la clarividencia de la misma.

Para Ortega, el deseo muere cuando es satisfecho, ahí acaba todo. Cuando el deseo es colmado no hay lugar a más. Mientras que el amor es el eterno insatisfecho. Habiendo dado y recibido amor, este por su esencia y condición, sigue siendo insaciable, inacabable, insatisfecho en definitiva porque cada manifestación real o imaginaria, cada vínculo etéreo o tangible, cada momento junto o separado, cada recuerdo y cada esperanza son absorbidos y asimilados en busca de algo nuevo con lo que satisfacer lo que no puede ser nunca del todo satisfecho, si acaso momentáneamente.

De tal manera que cuando no hay búsqueda, realización del amor, certeza del sentimiento, abundancia de manifestaciones y la indiferencia se verbaliza aunque sea de manera parcial, el amor ya no es el eterno insatisfecho sino que ha mutado en algo que muere o puede morir. El amor en su estado más excelso es insatisfecho en lo pequeño y en lo enorme, en lo esencial y en lo tangencial, en lo vital y lo mortal porque nada llena más que el ser amado y si el ser amado no es una referencia permanente, una mínima satisfacción llenará nuestras ansias de él hasta que se vuelva a producir el deseo, de verle, de hablarle, de amarle, pero será deseo, mortal y no amor inmortal, eterno insatisfecho.