domingo, 13 de mayo de 2012

El origen del beso




Parece que la práctica de besarnos se remonta, como muchas otras, a hábitos primitivos, en concreto a la transferencia de alimento de la madre, desde su boca a la boca de sus hijos, como hacen las aves. Este contacto primitivo de labios evolucionó hacia una forma por la que las madres de mostraban afecto a sus hijos, como de hecho ocurre en la actualidad. Posteriormente, la costumbre se extendió como muestra de afecto entre las personas.

Durante el siglo VI se extendió en Francia, la costumbre de besarse entre los adultos cuando proliferaban los bailes y la práctica al uso, era sellar el final de cada danza con un beso. Ello conllevó a que besarse fuera visto como una expresión de afecto mutuo en la corte. 

La nobleza rusa copió este hábito de la nobleza francesa y fue en la antigua Rusia donde el beso se incorporó por vez primera en las celebraciones de boda, donde el beso en sí, sellaba las promesas de los novios. 

A lo largo del tiempo, besarse ha sido una forma de expresar respeto mutuo. Por ejemplo, en la antigua Roma, los romanos se besaban para saludarse mutuamente - de hecho esta costumbre perdura aún hoy en día -. Los emperadores romanos reconocían, además, la importancia de una persona por la parte del cuerpo que le era permitido besar al encontrarse con el emperador. Así, a las personas de relevancia, les era permitido besar la cara del emperador; a los nobles de menos categoría social, sus manos y las personas de más baja categoría social debían besarle los pies. Los romanos poseían además diferentes "niveles" de besos, como los tenemos en la actualidad, desde el más respetuoso hasta el más íntimo. Así, los "oscula" eran los típicos besos de mejilla; y los "basia" eran los que se daban en la boca.


Parece ser que en la India Védica (2000 A.C.) sólo se usaba el frotamiento de nariz y que el contacto entre bocas empezó más tarde. Se piensa también, que aunque el beso se extendió por muchas culturas y pueblos antiguos, no llegó a establecerse en Egipto.


Por otro lado, entre ciertas culturas indostánicas, como también en Borneo, el equivalente al besarse es un reconocimiento olfativo de la persona que se tiene enfrente.

En la actual Europa, los británicos son probablemente los menos dados a besarse. Mientras que en la Europa del Sur, los amigos se besaban públicamente al verse, los británicos no habían considerado siquiera la idea. Por otro lado, mientras que las mujeres incorporan el beso al saludo de forma habitual, el género masculino muestra aún cierta reticencia a besar a otra persona del mismo género.



sábado, 12 de mayo de 2012

La mirada alta


Algo de lo más apasionante que tienen las ciudades es mirar. La calle es un poderoso escaparate donde sucede todo, relevándose por instantes las escenas y con una infinidad de personajes anónimos que suponen un espectáculo imposible de reproducir artificialmente. Es una especie de ser vivo compuesto de personas, objetos, acciones, circunstancias e incluso intangibles. Delante de nosotros suceden mil cosas a la vez, un hombre pasa rápido, un niño se despista, un coche frena, una nube descarga agua o sentimos miedo en una calle oscura. Sin duda, mirar en una ciudad es un ejercicio apasionante, una fuente de información inagotable y todo una diversión al alcance de unos pasos.

Pero hay otra forma de mirar: la mirada alta. Contemplar tu ciudad prescindiendo del espectáculo diario para mirar alto, a sus edificios, a sus balcones, a sus plantas superiores, a sus tejados, al horizonte por encima de ellos. Ayer, en la calle Segovia, ya anochecido, miraba hacia arriba y veía la parte de atrás de la Iglesia de San Pedro el Real, conocida por los madrileños como la de Jesús el Pobre, con su torre mudéjar del siglo XIV asomando por encima de sus tejados superpuestos a varias alturas. Enfrente el caserón de varios siglos y cinco pisos haciendo chaflán entre la misma calle y la escalinata abierta que lleva a la calle del Nuncio. Por encima, y desde una perspectiva en ascenso podía ver casas aún más altas que la enmarcaban y que parecían su sustento, como si la sujetaran para no precipitarse por la cuesta que acaba en el río. Al otro lado un edificio de los setenta, feo, funcional, intentando captar una modernidad que nunca tuvo y justo por el corte de su esquina, la cúpula de pizarra, enorme, coronada por una linterna de San Miguel. Hacia abajo, hasta el recodo que hace la pequeña curva, donde está la muralla, casas en la otra acera en hileras, cada calle a una altura, lo podemos adivinar por las filas de tejados, unas encima de otras.
 
Tenemos que ver la ciudad con la mirada alta para ver las casas, los edificios, que han sido dibujados con la pretensión de gustar, aunque su esencia sea dar refugio. Son los casi eternos decorados de las ciudades donde luego vemos el espectáculo de las gentes.


miércoles, 25 de abril de 2012

Revolución de los Claveles


En la madrugada, un 25 de Abril de 1974, en radio Renascensa, sonaba una preciosa canción (que después recorrería el mundo entero) "Grandola vila morena, terra da fraternidade..." en la voz del gran José Alfonso. Se iniciaba la Revolución de los Claveles. No era un golpe militar en sí, era el producto de una situación insostenible, de una dictadura que seguía en el poder desde 1926. Las guerras coloniales, hicieron que la mayor parte de los militares se dieran cuenta de la inutilidad por mantener el último imperio colonial de occidente, de su crueldad. Cada familia portuguesa tenía uno o dos familiares combatiendo en Mozambique o Angola, lo que produjo un sentimiento antibélico de los jóvenes portugueses que se movilizaron masivamente contra la guerra de Vietnam. 


El poder económico lo ostentaban 100 familias, la desigualdad social era abismal, uno de cada siete portugueses trabajaba fuera de su país para poder sobrevivir. La miseria en el campo, con una explotación latifundista, era escandalosa y las cárceles estaban llenas de presos políticos. Portugal al mismo tiempo era un paraíso para nazis huidos de sus juicios, para monarquías sin reino: española, italiana, dictadores como Fulgencio Batista... 



No fue solo un golpe militar, fue todo un movimiento obrero de huelgas y luchas obreras de años anteriores, fue el hartazgo del pueblo, que con su participación tomo las calles desde el principio. La autentica garantía de que se abría un nuevo horizonte.


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lunes, 9 de abril de 2012

Cuestión de convencimiento

Una de las ventajas de Hernán Cortés y sus hombres, más allá de los caballos, es que los aztecas tenían como objetivo capturar a los españoles porque llamaban su curiosidad, mientras que los conquistadores tenían como objetivo matar al enemigo. 

Esa diferencia es esencial y recuerda aquella frase de Georges Simenon "Yo tengo una inmensa ventaja sobre usted, haga lo que haga: yo he matado". No podemos obviar este tipo de determinación y de convencimiento como fuerza poderosa para acometer cualquier empresa. No hablo lógicamente de matar a nadie, sino que incluso en lo peor que se le puede hacer a un hombre, quitar la vida, la convicción, el convencimiento conlleva una fuerza extraordinaria, un aporte de motivación, que no sólo justifica sino que santifica el hecho, por malo que sea, ante quien lo realiza convencido.

Shakespeare en Julio Cesar ponía en boca de Bruto "Maté a César no porque le quisiera menos, sino porque amaba más a Roma". Ese convencimiento, esa convicción, ese fanatismo, lleva al hombre a un paso más allá, aunque sea lo peor. 

Así que el convencimiento es una arma poderosa y fuerte porque condiciona la voluntad y elimina límites que nos imponemos. De tal manera que convencidos de algo, lo ejecutamos con decisión. Da igual si es bueno o malo y si esas razones son buenas o malas, si estamos convencidos, a nuestros ojos, lo que hacemos está justificado, es necesario y beneficioso. Cuestión de convencimiento. Y sirve para aquellos que defienden una buena causa y matan y mueren por ella, imaginemos a esos soldados ingleses en la Segunda Guerra Mundial y sirve para una mala causa, las matanzas en Bosnia. El convencimiento es el mismo. Terrible lo equivocados que podemos estar en nuestra convicción.




sábado, 7 de abril de 2012

Ideas-Fuerza

Uno de los conceptos más de moda que se manejan en cualquier reunión que se precie es la de idea-fuerza. Generalmente no se sabe muy allá de donde viene este concepto. Se tiene por interesado que idea-fuerza no es más que el reforzamiento de una idea principal o preeminente. Tendemos a pensar que es el carácter de importante o central el que hace que una idea se convierta en idea-fuerza. 

En absoluto es así, como casi siempre o como casi con cada cosa, al contrario, la calificación especial de la idea-fuerza no es externa, sino interna. Son ideas que por si mismas encierran un potencial psicológico, emocional, transmisor. Son en si mismas potenciales de comunicación lógica y psicológica y son capaces de hacer evolucionar otras ideas y sistemas y hacen que el orden social o incluso moral sea más expansivo y humano. 

Y así mismo y trasladado a los individuos, podemos identificar ideas-fuerza en nosotros que marcan el desarrollo de como somos y sobre todo de como queremos ser, adonde llegar. Muchas veces cometemos el error de centrarnos en una idea y darle importancia excesiva, pero es una idea sin más, sin mayor trazo y sin mayor fuerza, que la que le viene de fuera y descuidamos, porque evidentemente son más laboriosas, las ideas-fuerza que tenemos en nuestro interior y es un error porque son ellas las que nos harán mejores.


viernes, 6 de abril de 2012

Infinitos cercanos

Cuando pensamos en ideas como que el universo es infinito tendemos a pensar en algo enorme, algo como el cielo y como el mar, que es lo más grande que podemos concebir, pero aún mayor. Establecemos una asociación mental de lo infinito como algo tremendamente grande al no tener fin, puesto que el horizonte o la vertical son las dos dimensiones más apreciables, en el sentido de posibilidad, que tenemos.

in embargo en un mismo punto se contiene un infinito. La posibilidades de que nos ocurra algo en las circunstancias en que nos ocurre son infinitas, lo que quiere decir que eso que me pasa tal y como me pasa, es una insignificancia dentro de un mundo de posibilidades, un universo de posibilidades, mejor dicho, dado que el mundo es finito.

Si a lo que nos ocurre, tal y como nos ocurre, le añadimos el componente de todo lo que nos ha ocurrido en las circunstancias que nos han ocurrido, el concepto infinito es aún más intenso en nuestro pensamiento, que no en la realidad. Y aún más si todo eso lo cogemos y lo mezclamos con todo lo que ha pasado en las circunstancias que han pasado con toda la gente que nos ha pasado, a los cuales les podía haber pasado otras cosas, en otras circunstancias y con otras personas, la infinitud de las probabilidades en nuestra forma de pensar hace que lo que no tenía fin en concepto, en nuestra mente, aún sea más grande, y eso sin salirnos del punto mismo en el que se está escribiendo este texto.

De tal manera, que por haber cogido el tren anterior, porque salimos el día que no íbamos a salir, porque cogimos el autobús más tarde, porque pasamos por la calle un minuto antes de que se cayese el balcón, porque compramose aquella camisa o por lo que fuera que fuese en sus inabarcables posibilidades, todo lo bueno y malo que nos pasa es el resultado de trillones de combinaciones elevado a trillones de combinaciones.

¿No me digan que no es una suerte que amen a quien aman, que quieran a quienes quieren y que la vida que llevan sea estupenda?

jueves, 5 de abril de 2012

Cuestión de sueños

En Memphis, en la hoy ciudad santuario de Elvis, hace más 40 años, un 4 de abril como hoy, James Earl Roy, apostado como francotirador, frente al balcón del Motel Lorraine disparaba contra Martin Luther King, que se encontraba allí para celebrar una marcha por los derechos de los basureros negros de la ciudad. En el momento de recibir el balazo en la cabeza estaba con sus colaboradores, entre los que se encontraba el reverendo Jesse Jackson.

Son de sobra conocidas sus ideas, sus principios, los hechos y hasta su sueño. No deja de impactarnos su discurso ante el Lincoln Memorial o su carta desde la cárcel de Birminghan en Alabama, así que destacaré la fuerza y el ejemplo de estos hombres. Hombres que encauzan a otros hombres, hombres de una fuerza inusitada que creen que el mundo debe ser cambiado y lo cambian. Hombres que aceptan el sacrificio por el bien de otros. Líderes que saben que cuando la rueda empieza a caer es muy difícil de parar, tanto como ponerla en marcha. Hombres que guían a otros hombres, que les trasmiten su fe, que no ceden ante la imposibilidad, ante la lentitud, ante la desesperanza.

A veces me pregunto donde encuentran esa fuerza, si en la desesperación, en la rabia o en una profunda creencia en lo bueno que tiene el ser humano y que sólo necesita sacarse a flote. Hemos llegado a un punto de nuestra sociedad donde este tipo de líderes está en desuso y nos cuesta reconocerlos como tales. Yo los echo de menos, echo de menos su inspiración, su fuerza, su impulso, que me zarandeen, que me motiven, que me hagan pensar que si podemos cambiar el mundo, que si puedo cambiar el mundo. Otros lo hicieron antes.



domingo, 1 de abril de 2012

El eterno insatisfecho

Andaba perdido en ensimismamientos poco productivos y que tienen que ver con las musarañas y ejercicio inútil de pensar y recordaba la distinción entre deseo y amor que hace Ortega, que creo una de las más acertadas clasificaciones que se han hecho jamás por la sencillez de su argumentación, por su rotundidad al identificarse y por la clarividencia de la misma.

Para Ortega, el deseo muere cuando es satisfecho, ahí acaba todo. Cuando el deseo es colmado no hay lugar a más. Mientras que el amor es el eterno insatisfecho. Habiendo dado y recibido amor, este por su esencia y condición, sigue siendo insaciable, inacabable, insatisfecho en definitiva porque cada manifestación real o imaginaria, cada vínculo etéreo o tangible, cada momento junto o separado, cada recuerdo y cada esperanza son absorbidos y asimilados en busca de algo nuevo con lo que satisfacer lo que no puede ser nunca del todo satisfecho, si acaso momentáneamente.

De tal manera que cuando no hay búsqueda, realización del amor, certeza del sentimiento, abundancia de manifestaciones y la indiferencia se verbaliza aunque sea de manera parcial, el amor ya no es el eterno insatisfecho sino que ha mutado en algo que muere o puede morir. El amor en su estado más excelso es insatisfecho en lo pequeño y en lo enorme, en lo esencial y en lo tangencial, en lo vital y lo mortal porque nada llena más que el ser amado y si el ser amado no es una referencia permanente, una mínima satisfacción llenará nuestras ansias de él hasta que se vuelva a producir el deseo, de verle, de hablarle, de amarle, pero será deseo, mortal y no amor inmortal, eterno insatisfecho.


domingo, 25 de marzo de 2012

Cosas de la tecnología



La naturaleza es sabia pero el mundo artificial aún lo es más. Eso si existe el mundo artificial, porque al igual que dos moléculas de hidrógeno se juntan con una de oxígeno y dan como resultado el agua, un plástico no deja de ser un polímero que no es más que otra unión de moléculas. Aún así, la tecnología nos da sorpresas que o son fruto de la casualidad o puede que de la magia, que aún riñendo con la ciencia, siempre está cerca. 

El caso es que si uno usa uno de los objetos tecnológicos que más han cambiado el mundo desde hace 20 años, el móvil y usa el sistema predictivo de las palabras se da cuenta de la paradoja que arrojan chips, circuitos y mundos digitales: cuando escribimos la palabra queriendo también escribimos la palabra sufriendo. Pulsamos las mismas teclas y en el mismo orden, de tal manera que al final tenemos una junto a otra las dos palabras, queriendo y sufriendo

No deja de ser un guiño tecnológico y artificial que arroja una de las realidades más evidentes de nuestro mundo, querer y sufrir que van de la mano. No en todo caso y en todo lugar, por supuestísimo, sólo faltaba, pero si en muchos casos y en muchos lugares. Al menos en el móvil. Cosas de la tecnología .




sábado, 24 de marzo de 2012

Cielos rojos

El Génesis nos cuenta que en el principio creó Dios los cielos y la Tierra. Otros hablan de un proceso único y natural que ha ido conformando todo aquello que existe para que sea como es porque es la única manera en que puede ser para que existamos. Incluso ha surgido una nueva idea que recoge la primera y algo de la segunda para hacer a la fe y a la ciencia compatibles mediante el diseño inteligente. Tan peculiar y complicado es todo y depende de circunstancias tan pequeñas que tan solo una variable lo cambiaría todo. Sea como fuere, ahí arriba están los cielos. 

Generalmente, si hablamos de cielos pensamos en azules calmados y limpios salpicados con la metáfora más usada de siempre por evidente, las nubes de algodón. En caso de que juntemos en un mismo pensar cielos y malos augurios, el cielo entonces será gris, casi negro, tenebroso. Ante unos nos sentiremos llenos de primavera, aunque sea invierno y con otros nos sentiremos oprimidos bajo una capota que amenaza con plagas divinas. 

 Pero existe otro tipo de cielo, el cielo rojo, ése que con naranjas, amarillos, y pardos, se exhibe como un lienzo en muchos atardeceres haciendo juegos de luz en un espectáculo sin igual por delicioso y por diferente cada día. De todos los paisajes de la naturaleza que pudiese escoger, sin duda, elegiría un cielo rojo. Y por supuesto, lo compartiría. Los cielos azules son para grupos, los grises para la soledad y los rojos para compartir con alguien. Porque el cielo rojo junta pasión y amor, deseo y compañía, necesidad del otro y tranquilidad. Una mezcla de todo aquello que nos enardece y de todo lo que nos aseda en un solo lienzo pintado mil colores vivos rojizos, naranjas y ocres. Esa mezcla de sentimientos y sensaciones contrarias, e incluso rivales, que consiguen los cielos rojos cuando cae el último tono de luz y se hace la noche, son como un soplo de eternidad que se hace sensible dentro de nosotros y hace que sepamos que ese cielo lleva ahí millones de años para que hombres de todas las épocas disfrutarán de ellos como nosotros apenas unos instantes antes.


miércoles, 21 de marzo de 2012

La primavera

"La primavera ha venido y nadie sabe cómo ha sido", dijo Machado -siempre recurrimos a Machado-, aunque aún no podamos decirlo con el oportuno frío que hemos tenido. Oficialmente hoy empieza la primavera y en cuanto se pase estas temperaturas, que sólo es cuestión de días, el cambio de estación se hará evidente. 

Junto con lo anterior, en la madrugada del sábado al domingo, adelantaremos la hora y ganaremos luz y tiempo, la primera alarga el segundo sin ninguna duda, y nos parecerá que ha sido como una obra de teatro donde se cierra el telón, se cambia el decorado y empieza el segundo acto. 

De repente, el clima mejora, la luz llega, el día se alarga, empezamos a vivir en la calle y estamos más alegres. Una de las causas, efectos, consecuencias, razones o lo que Uds. quieran que sea, es que desaparecen los abrigos, los jerseys de invierno y las prendas que ocultan el cuerpo y de golpe empiezas a ver por la calle mujeres que no existían tan sólo uno días antes. Créanme, no estaban, supongo que hibernan como los osos o que el Gobierno les monta viajes como los de la tercera edad y pasan el invierno en Benidorm. No me digan donde estaban, hay varias teorías y hasta he visto un par de documentales al respecto pero no hay una conclusión a pesar de los esfuerzos de eminentes hombres de ciencia y pensadores. 

Más allá del misterio de que se produzca esto, debemos detenernos un poco en ver en que consiste. Está claro que esas mujeres no estaban tan sólo unos días antes y menos aún en la cantidad que podemos ver. En el vagón del Metro donde íbamos no había ninguna, en la cafetería mientras tomábamos el café nadie distraía nuestra atención del As. En el ascensor vemos que debemos tener vecina nueva pero no recordamos que se vendiese ningún piso. En el trabajo no sabíamos que ha habido un proceso de selección y tomando una copa uno cree que es Ansón y está de jurado en Miss España

El caso es que debe de ser algo del inconsciente colectivo del que hablaba Jung o algo atávico que se remonta a los orígenes y evolución del hombre, algún tipo de reflejo condicionado o vaya Ud. a saber pero en algún momento crees conocer a algunas de esas nuevas mujeres, te suenan las caras, te asaltan vagos recuerdos, sufres dejavús y tienes una cierta sensación de cotidianeidad y algo en todo te resulta familiar aunque la razón y la realidad te dicen lo contrario y la ciencia es indiscutible en este punto: no estaban, llegan con la primavera y con el cambio de hora, de repente y sin más. 

Si Uds. las ven en unos días por ahí, no se asusten, son inofensivas, en líneas generales, acérquense, hablen con ellas, conózcanlas que son estupendas y encantadoras. La pena es que sólo estén unos meses entre nosotros. 






martes, 13 de marzo de 2012

Del Evangelio de Mateo

Son muchas las cosas que me he llevado de tantos años en un colegio salesiano. Mi, aún, panda de amigos, la práctica de varios deportes, la afición por el cine, los primeros pasos del rock, el gusto por la lectura, el interés por escribir... En el ámbito de la fe, hubo de todo, temporadas de profunda creencia y sentimientos, años de acción y voluntariado y una oscura y larga fase, que sobrepasa ya la década, de total oscuridad y de un raciocinio que acepta la conclusión evidente.

Una de las cosas que hice, ya siendo un poco mayor, fue leer la Biblia, que es un libro apasionante y que todo el mundo debería leer, sin que ello implique una predisposición religiosa. Es un libro de fe que puede ser leído sin fe. Dentro de la Biblia, y obviando la fe, el mensaje humanista del Evangelio sin duda es conmovedor y atendiendo a los cuatro evangelistas me quedo con Mateo y su afán teológico y didáctico con una evidente fuerza. Hay, concretamente, dos pasajes que se me han quedado grabados en la cabeza, espero que también en el alma, el sermón de la montaña y estos pocos versículos que os pongo a continuación

(Mt. 11, 28-30)

Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré. Tomad sobre vosotros mi yugo, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es suave y mi carga ligera.


Creo que no hay manera más bella e inteligente de resumir en cuatro líneas cómo debería ser. Manso y humilde de corazón, reconocer mis debilidades, mis miedos, mi fragilidad. Deshacerme de falsos poderes, de creer que soy capaz de aguantarlo todo, de pensar que me llega con mis propias fuerzas. Reconocer que todo es más grande que yo y que soy pequeño y que la humildad, la gran asignatura pendiente, me dará mucho más que la carencia de ella.

Manso y humilde de corazón para que la carga sea más ligera, para que el yugo sea suave, pera aliviar el cansancio y el agobio, para saber que uno es poco en un mundo tan grande


domingo, 11 de marzo de 2012

Les recordaremos

Escrito el 11 de marzo de 2.007. Aún vigente


Primero fue despertarse de aquella manera, luego intentar saber que ocurría y antes de saberlo del todo, intentar localizar a todos aquellos que pudiésemos recordar que cogiesen el tren o viviesen por allí. Luego vino el horror, las lágrimas frente a la televisión, el goteo de heridos, el recuento de víctimas. Aquellas imágenes, aquellos trenes... 


Han pasado tres años y la ciudad ha recuperado el ánimo. Madrid es algo tan vivo que se recupera todo, incluso de la muerte, la muerte injusta de tantos vecinos, pero cuando llega esta fecha, estas fechas, o se pasa por Atocha, por el Retiro o cuando alguien que viene de fuera pregunta ¿donde fue?, algo se te estremece dentro. 



Hasta un par de días después no pasé por Atocha y aún permanecía algo en el aire que te arrancaba las lágrimas. Desde entonces hemos cogido trenes, ido a Atocha, a IFEMA, pasado por Santa Eugenia, el Pozo y la calle Téllez. Hemos hablado con gente que estaba en la estación y se salvo por segundos, hemos hablado con gente que iba en los trenes y hemos hablado con gente que perdió hijos, padres, amigos. Hemos hecho por superar aquello, por superar el miedo a coger un tren, hemos pensado y si hubiera sido en el metro o en el centro comercial o... y si fuera... 



Hace tres años y les recordamos. Les recordaremos.






sábado, 10 de marzo de 2012

Johnny Farrell


Aunque vino a nacer como Juan Lafuente, todo el mundo le conocía por Johnny. Al acabar la mili pasó por varios trabajos, incluyendo una pescadería de género de baja calidad, que le impregnaba de un olor que no conseguía quitarse, aunque se duchase varias veces al día y se ungiese de colonia. Un día, después de librarse aquel hedor con el ritual acostumbrado, entró con un amigo en una whiskería de la Castellana donde el señorío se conseguía con una chaqueta y cartera, siempre que la segunda fuese abultada y la primera de mediana calidad. Mientras su compañero jugaba entre los ligueros de chicas, él se fijaba en un pequeño letrero en blanco y negro: “Se necesita camarero”. 

Juan no se sentía especialmente cómodo en ese ambiente, aunque en realidad no se sentía en ninguno, pero era fácil preferir los perfumes cargados de las prostitutas, el olor dulzón de los puros y aire viciado de la noche. Desde aquel día se convirtió en Johnny.

El barman, siendo niño, se había enamorado de Gilda una tarde de 1.948 en un cine de la calle Leganitos. Según contaba, a la menor oportunidad, había visto la película 83 veces, e incluso había viajado a Asturias en busca de los orígenes de la Hayworth, pues una vez un contratista de Oviedo, entre ginebras y dos morenas a las que metía mano, le había dicho que en realidad se llamaba Margarita Cansino y que era de una pequeña aldea asturiana sin que pudiese precisar más. Así que Juan cambió de nombre en recuerdo de  Johnny Farell y la mejor bofetada de la historia del cine. 

Con los años, Johnny fue aprendiendo el oficio y adivinando al cliente hasta llegar a barman. De un simple vistazo podía saber si un tipo era casado, de provincias, industrial, de cartera amplia, mano espléndida, propina generosa o todo lo contrario. Adquirió la sabiduría de la barra. Había escuchado tantas historias entre copas que desatan la lengua, que  desarrolló la habilidad de decir mucho con pocas palabras, quizás porque después de 20 años ninguna historia le parecía novedosa y para todas ellas tenía las palabras justas y adecuadas. De vez en cuando, aparecía algún tipo distinto y Johnny mantenía una conversación larga, le cobraba a mitad de precio las copas y le indicaba cual de las chicas era la mejor. 





Se llevaba bien con ellas, se convertía en su confidente y le contaban  muchos de sus sueños de princesa. Johnny nunca las despertaba de sus  ilusiones, les ofrecía una mirada de esperanza a pesar de haber visto tanto sueño joven roto y ellas se lo agradecían, generalmente con su cariño, algunas veces con un beso y las menos con un rato de amor en un cuarto. Incluso alguna vez fue algo más, como aquella vez que Rosita, Rosy desde que llegó allí dejando atrás la huerta de Totana tan solo unos meses atrás, quiso quitarse la vida cortándose las venas por culpa de un desamor con un estudiante de Derecho de Valladolid, al que dejo de cobrarle después del tercer encuentro de catre y que le había prometido el amor, la vida respetable y el futuro dorado que en realidad le correspondía a otra, ya prometida, con ajuar surtido de hilo y conveniencia familiar. Johnny la tuvo en su casa hasta qu,e la aún niña, sanó de las heridas de la carne y del alma, para deshacer el camino hacia a la huerta con un billete pagado por él. O aquella otra en la que tuvo que tirar de navaja albaceteña ante un sargento negro y dos soldados rubios de la base de Torrejón, que enfadados abofetearon a una de las chicas y a los que los redaños de Johnny, callado, pero con decisión en la mirada de dejar al menos a uno sangrando en el suelo, les hizo desistir de su bravuconería y largarse camino de la base en un Pontiac azul, que a Johnny, en ese momento, le pareció un coche realmente bonito.


Y así de esta manera, pasa la vida entre whiskys, clientes que vienen y van, chicas que se quedan o desaparecen y sin haber tenido nunca una Rita de pelo rojo que le cantase, aunque su nombre homenajee a Johnny Farell. Quizás aquel barman se equivocó y le hubiese ido mejor siendo Glenn Ford.

domingo, 4 de marzo de 2012

Lola se entrega

Dolores Valtierra era mujer de un solo hombre, no sólo porque entregase alma, corazón y cuerpo en el amor, sino que también lo era porque sólo había estado con un hombre o por ser más precisos, con un veinteañero, que no deja de ser un proyecto de edificio sometido a tantos vaivenes que puede acabar en casa, rascacielos o caseta, que los designios del Señor son inescrutables y Dios escribe recto con renglones torcidos, frases hechas que buenos clavos recurrentes a los que agarrarse cuando nos cuesta explicar algo. 


Lola Valtierra, entrada en la treintena, lucía bagaje individual y algo triste, ya que como todos los amores de juventud, para serlo deben acabar mal, porque de lo contrario se convierten en historias de amor, hipotecas, prole y canas. Eso es lo que pensaba y sentía Lola, para ella, en su vocación e intención, sólo existían las historias de amor, aunque el paso del tiempo le había enseñado que son pocos los príncipes, menos los hombres azules y ninguno con las dos condiciones. Aún así, y no por conformismo, sino por no soñar más de lo que en la cama estamos obligados y por el día nos permitimos, si bien no esperaba al hombre de su vida, seguía sintiendo y pensando en un hombre al que entregarse en lo que su ser era capaz de dar,  que era mucho, y con  el que compartir confidencias, abrazos, risas y cenas para terminar haciendo el amor suave y cariñosamente.


Lola no era agraciada, tenía una cara que siempre vio demasiado redonda y para si misma, pensaba que hubiese sido perfecta si la hubiese mirado El Greco. El cuerpo empezaba a pesarle, y los ojos ya no transmitían los sueños que siempre tuvo y nunca cumplió. Quizás por eso desprendía cierto aire de fatalidad contenida, alejado de la pena, pero perceptible en varias ocasiones a lo extenso de cada día. No tanto se podía decir de los momentos de felicidad más alejados en el tiempo. Una vez, oyó a un par de adolescentes llamar cansina a su profesora y aquella palabra le pareció tan propia de ella, que cada cierto tiempo y casi siempre frente a un espejo, como si necesitase recordárselo a si misma, se decía en voz queda pero audible; “Lola, que cansina eres”. En definitiva, encontraba en esa expresión el castigo justo que quería darse y un colchón en el que mitigar la consciencia de no ser feliz.


Pero aquella mañana, camino del trabajo, Lola Valtierra irradiaba alegría al día con su sonrisa, andaba con pequeños saltos y miraba al mundo como hacía mucho tiempo que no era capaz de ver, o al menos, no recordaba. Disfrutaba de cada instante, y tenía la sensación, quizás la certeza, de que si bien pasaban rápido, eran más largos y mas intensos que nunca. 


Lola, sin que sepamos porque pasó, puede que por dos whiskys inesperados, inevitables y desacostumbrados, puede porque el mundo tiene más dimensiones que lo propio, lo esperado y lo correcto, o puede porque era una mujer y necesitaba recordarlo, esa noche había entregado a un hombre, no su alma, ni su corazón, pero si su cuerpo.


jueves, 1 de marzo de 2012

La tercera cultura



Hace ya algún tiempo que no podemos comprender las grandes preguntas del hombre si no atendemos a la ciencia. La ciencia multidisciplinar, abierta a mil campos, interrelacionados y con la dualidad sistemática de atender a la especialización pero dentro de un marco amplio dirigido a entender al hombre, siendo el hombre, otro concepto a su vez amplio y abierto que recoge al individuo, cualquier manifestación de éste e incluso el entorno. 

Como somos dados a ponerle nombre a todo, le hemos llamado la tercera cultura, en referencia a la superación de lo que C.P. Snow hace unas décadas denominó las dos culturas, enfrentando las ciencias y las letras. Y esta tercera cultura no es una síntesis hegeliana, sino que es la simbiosis necesaria y fundamental de ambos mundos para poder explicarnos este otro. 

Ya no encontramos las respuestas en los viejos postulados llenos de términos vacíos hoy en día o estancados en un mundo que fue. Muy al contrario, son nuevos conceptos, imágenes reales, agujeros negros, cuerdas, clones, células madres, realidad cuántica, evolución darwiniana del universo... Y son los científicos los que se han lanzado a explicarlo, a contarlo, a extender ideas complejas de manera sencilla para que cada hombre sea consciente, más consciente, cuando se pregunte aquello que llevamos preguntándonos desde el principio de los tiempos ¿quiénes somos? ¿Adónde vamos? ¿De dónde venimos? 



martes, 28 de febrero de 2012

Cuando no estás

Cuando no estás las fuerzas del universo juegan conmigo. El día se alarga eternizándose, como si no tuviese fin, sometido a un proceso de expansión que hace que cada hora sea un año y cada año, mil. Es un juego perverso porque mientras se hace imposible de acabar, cada instante siguiente es una esperanza de tenerte, de saberte, el momento se renueva en si mismo y trae otro que agota en la nada pero que anuncia otro en el que es posible que vengas a mi o que vaya a ti, aunque sea cruzando ese universo que juguetea y me desgasta.

Cuando no estás las calles son acontecimientos que contarte, un mapa abierto y vivo donde suceden cosas que grabo en mi mente para contarte o para inventar esas historias que te gustan. Cuando no estás paseo a tu lado y te cuento y te digo y te explico el porque de las cosas y me fijo en tu mirada que me mira y que mira al mundo y creo que soy ese mundo y que todo empieza y acaba en mi. Cuando no estás imagino conversaciones que tendríamos y que nunca tendremos porque los momentos que pasan se escapan como se escapan los días cuando no estás

Cuando no estás pido tus platos, bebo tu vino y siento que te gustan, que disfrutas con ellos y busco esa luz que te hace estar cómoda y tranquila, para que allá donde estés, no te sientas molesta por la luz que llega a mis ojos. Cuando no estás los paseos a casa no son lentos, ni esconden una promesa, quiero acabarlos pronto para enfrentarme como pueda a la soledad.

Cuando no estás me despierto y tu nombre viene a mis labios, me pregunto que harás y si te acordarás de que existo. Cuando no estás me duermo con tu nombre yéndose de mis labios y me pregunto de que estarán llenos tus sueños. Cuando tu no estás mi corazón está tenso y duro, mi rostro triste y feo, mi cuerpo frágil y débil y anhelo respirar el aire que calienta tu aliento cercano.

Pero no estás, nunca estás

miércoles, 22 de febrero de 2012

We are the mods (III)

CHICAS MODETTES 

Corte de pelo a lo garçon peinado que lució Liz Taylor en la película Marco Polo, pelo lo mas liso posible, peinado desde el centro de la cabeza y con flequillo, el clásico bob 

 

Chaquetas de Madrás, niquis italianos de nylon, en azul, marrón o verde. Americanas cortas, rebecas de punto. Trajes de falda y chaqueta, fueron muy populares aquellos que no tenían mangas ideales para bailar  

Abrigos de cuero, ante o plástico y gabardinas (siempre por encima de la rodilla). 

 


Faldas rectas A-Line(nunca mas cortas de 8 cm por debajo de la rodilla, las chicas mods nunca llevaron minifalda). Fue muy revolucionario que las chicas usaran pantalones, con aberturas abotonadas en el lateral, caderas mas anchas y cintura mas estrecha,no quedaban muy bien así que empezaron a usar algunos modelos de chico twin-sets muy de moda también estuvieron los sky-pants 

 

Zapatos planos sin tacón, sin cordones, punta redondeada, los más corrientes fueron los granny shoes o zapatos de abuela de punta redonda y sujetados a ambos lados por una tira que cerraba mediante botón o hebilla. 

 

Nunca llevaban joyas aparte de detalles como pasadores o cadenitas en las solapas de sus camisas o gemelos, como los chicos

martes, 21 de febrero de 2012

We are the mods (II)

Chicos Mods

Peinados desde el estilo Perry Como, college boy al the french line. Diversos tipos de backcombing. 

 

 
 

Camisas entalladas, polos entallados, jerseys de pico, jerseys de cuelllo de cisne, de cuello redondo. Camisas y polos entallados y estilo 1960s de marcas como Ben Sherman, Fred Perry, John Smedley, Penguin, Gabicci, Roberto Carlo y hechas a medida; Americanas de tres botones: solapa estrecha, cierre alto, raja atrás o dos en los laterales. A medida y bien entalladas, frecuentemente con bolsillo o bolsillos ticket pocket. 


Destacaba la parka del ejército americano, la más valorada es tal vez la M-51, seguida de la M-65. También fueron populares chaquetas como la harrington y la monkey. Abrigos de tipo Crombie y tabardos marineros estilo peacoat 

 
 
 

Sta-Prest, hipsters, Levi's 501, entallados. Muchas veces hechos a medida también 



Calzado Clarks desert boots (también conocidas como pisamierdas o safari o desert cockson); chelsea boots y beat boots; mocasines; bowling shoes (zapatos de bolos); jam shoes (patos); stage shoes; hushpuppies; winklepickers 

 
 
 





domingo, 19 de febrero de 2012

We are the mods (I)

finales de los 50, los chicos de la clase trabajadora británica de un Reino Unido que empezaba a recuperarse de la devastadora guerra, sentían la necesidad de diferenciarse de sus mayores. Por los clubs del Soho empezaban a verse chicos vestidos con traje de mohair, corbata estrecha y un corte de pelo definido para escuchar Modern Jazz. Eran los Modernist, Mods. A partir de ese momento se va imponiendo como tribu urbana en contraposición a los Teddy Boys, Teds, de aspecto rockabilly con tupes, cazadoras de cuero, potentes motos Triumph y Harleys, apasionados del rock&roll blanco que llega de los Estados Unidos. 


 

Al contrario los Mods, se interesaban por la poesía y el surrealismo. Estaban siempre a la última, creían en el individualismo, buscaban la elegancia, y tenían unas terribles ganas de destacar y de pasárselo bien. También se ven influenciados por toda la emigración que llega de las colonias inglesas a la metrópoli y traen consigo el reggae, el ska, el rythm&blues. 

Pronto, y derivado de los músicos de Jazz, se imponen los trajes de mohair o tonic, que cambiaban según la luz , de tres botones, las corbatas estrechas, los pantalones sta-prest (sin pinza y con una línea que no desaparecía ni al plancharla). Las camisas Ben Sherman, con el detalle de sus botones extra en las mangas y detrás del cuello, eran muy buscadas, al igual que los polos Fred Perry o las chaquetas Harrington (llamadas así porque las vestía un personaje televisivo con ese nombre). Respecto al calzado, los zapatos de bolera eran lo más "in", al igual que las Dessert Boots o los Loafers. Las chicas mods, modettes, también lucían pantalones sta-prest de Levi’s, faldas A Line, twin sets, abrigos crombie y de cuero, granny shoes y corte de pelo estilo bob. 


 

Como eran clase trabajadora no podían permitirse un coche y usan lambrettas y vespas, en especial la Lambretta TV175 o la Vespa GS160. Al final, estos scooters se acabarían constituyendo un signo de identidad y se les añadían muchos retrovisores, cromados pegatinas, faros porque para un mod la vanidad y la arrogancia eran imprescindibles. Aunque también circula la leyenda de ser un respuesta rebelde a una ley que obligó a llevar un mínimo de un retrovisor. 


 

El moverse en scooters trajo consigo otro de los signos de identidad de los mods, porque para reguardarse del frío mientras las conducían o dormir en las playas como solían acostumbrar a terminar las All-Nigthers, usaron la parkas, en especial las del Ejercito americano, la M-51, conocida como fish tail por su forma de pez. Las personalizaban añadiendo la Union Jack, bandera británica o el Target, diana enseña de la RAF. 

 

Al ser chicos de la clase trabajadora encontraban su máxima expresión en el fin de semana. Para aguantar y llevar ese ritmo de vida se valían de anfetaminas, las Purple Hearts o las Blues eran las más habituales. En My generation, himno mod, de The Who, Roger Daltrey imita el efecto del speed al hablar. También eran habituales las peleas con los antiguos Teds venidos a rockers. Fueron famosas las batallas, así consideradas, en Brighton, sitio de peregrinación mod, o Hastings en el 64. 

Quadrophenia, película basada en una opera rock del mismo nombre, refleja a la perfección todo el movimiento mod y su desencanto. Sin duda, inmortalizó para siempre la estética mod que ha perdurado y podemos decir que vuelve con rabiosa actualidad.