domingo, 19 de febrero de 2012

We are the mods (I)

finales de los 50, los chicos de la clase trabajadora británica de un Reino Unido que empezaba a recuperarse de la devastadora guerra, sentían la necesidad de diferenciarse de sus mayores. Por los clubs del Soho empezaban a verse chicos vestidos con traje de mohair, corbata estrecha y un corte de pelo definido para escuchar Modern Jazz. Eran los Modernist, Mods. A partir de ese momento se va imponiendo como tribu urbana en contraposición a los Teddy Boys, Teds, de aspecto rockabilly con tupes, cazadoras de cuero, potentes motos Triumph y Harleys, apasionados del rock&roll blanco que llega de los Estados Unidos. 


 

Al contrario los Mods, se interesaban por la poesía y el surrealismo. Estaban siempre a la última, creían en el individualismo, buscaban la elegancia, y tenían unas terribles ganas de destacar y de pasárselo bien. También se ven influenciados por toda la emigración que llega de las colonias inglesas a la metrópoli y traen consigo el reggae, el ska, el rythm&blues. 

Pronto, y derivado de los músicos de Jazz, se imponen los trajes de mohair o tonic, que cambiaban según la luz , de tres botones, las corbatas estrechas, los pantalones sta-prest (sin pinza y con una línea que no desaparecía ni al plancharla). Las camisas Ben Sherman, con el detalle de sus botones extra en las mangas y detrás del cuello, eran muy buscadas, al igual que los polos Fred Perry o las chaquetas Harrington (llamadas así porque las vestía un personaje televisivo con ese nombre). Respecto al calzado, los zapatos de bolera eran lo más "in", al igual que las Dessert Boots o los Loafers. Las chicas mods, modettes, también lucían pantalones sta-prest de Levi’s, faldas A Line, twin sets, abrigos crombie y de cuero, granny shoes y corte de pelo estilo bob. 


 

Como eran clase trabajadora no podían permitirse un coche y usan lambrettas y vespas, en especial la Lambretta TV175 o la Vespa GS160. Al final, estos scooters se acabarían constituyendo un signo de identidad y se les añadían muchos retrovisores, cromados pegatinas, faros porque para un mod la vanidad y la arrogancia eran imprescindibles. Aunque también circula la leyenda de ser un respuesta rebelde a una ley que obligó a llevar un mínimo de un retrovisor. 


 

El moverse en scooters trajo consigo otro de los signos de identidad de los mods, porque para reguardarse del frío mientras las conducían o dormir en las playas como solían acostumbrar a terminar las All-Nigthers, usaron la parkas, en especial las del Ejercito americano, la M-51, conocida como fish tail por su forma de pez. Las personalizaban añadiendo la Union Jack, bandera británica o el Target, diana enseña de la RAF. 

 

Al ser chicos de la clase trabajadora encontraban su máxima expresión en el fin de semana. Para aguantar y llevar ese ritmo de vida se valían de anfetaminas, las Purple Hearts o las Blues eran las más habituales. En My generation, himno mod, de The Who, Roger Daltrey imita el efecto del speed al hablar. También eran habituales las peleas con los antiguos Teds venidos a rockers. Fueron famosas las batallas, así consideradas, en Brighton, sitio de peregrinación mod, o Hastings en el 64. 

Quadrophenia, película basada en una opera rock del mismo nombre, refleja a la perfección todo el movimiento mod y su desencanto. Sin duda, inmortalizó para siempre la estética mod que ha perdurado y podemos decir que vuelve con rabiosa actualidad. 



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