sábado, 4 de febrero de 2012

Malas soluciones

Hacia mitad del siglo XIV llegaron una serie de barcos a las ciudades estado italianas sin ninguna persona viva. Provenían de la ciudad de Kaffa, colonia genovesa en Asia. Los mongoles habían sitiado la ciudad pero extrañamente levantaron el asedio sin tomar la ciudad y antes de irse, cuenta la leyenda, arrojaron a sus muertos por encima de las murallas defensivas de la ciudad. Todos, sitiadores y muertos tenían la peste negra. De esta manera transmitieron la enfermedad  que provenía del norte de la India. 

La peste negra causó la muerte de más de 25 millones de personas sólo en Europa, casi un tercio de la población del continente, en unos pocos años. Su incidencia no sólo mortal, sino en el desarrollo de Europa en todo los aspectos, fue determinante y muy negativa. 

Para acabar con la peste negra, la primera solución que tomaron fue la de matar a los gatos, que se creían portadores de la peste negra. Aquello fue una mala solución, un terrible error puesto que de esa manera se eliminaba al mejor aliado que podían haber tenido para acabar con la plaga ya que eran las ratas negras, las ratas de campo quienes transmitían la enfermedad. Aquella solución agravó el problema.



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