lunes, 6 de febrero de 2012

El muro de sonido

El muro de sonido es una invención de unos de los más prolíficos productores musicales que habido, el ínclito Phill Spector. Músico, productor de grandes estrellas como los Beatles, Tina Turner, las Ronettes, genio, millonario y posible asesino de una actriz. Tal como leen.

Phil Spector cogía las canciones y las convertía en otra cosa. Llevaba una orquesta enorme, grababa en varias pistas, varios guitarras, varios bajos, varias baterías. Doblaba las pistas, multiplicaba las fuentes y eso, unido a la reverberación propia de los Gold Star Studios de Los Ángeles, creaba un sonido espectacular, grandioso, profundo y poderoso.

Pero no era la canción del autor y eso, en autores muy personales, era una fuente de conflicto. Hasta el famoso último disco de los Beatles, Let it be, fue limpiado de aquel sonido por Paul McCartney sólo hace unos pocos años.

Se me ocurre que cuantas cosas de la vida, de nuestra vida, están rodeadas, envueltas y por qué no, distorsionadas por un muro de sonido. Cierto que a lo mejor parece más grandioso, más importante, más intenso de lo que si vamos a la esencia, a la naturaleza, a la canción origen en sí misma, resulta ser. Quizás esta sea más pura, más fresca, más limpia y más fácil de tocar, de manejar. A veces el muro de sonido nos envuelve tanto que lo grandioso nos hace perder los acordes simples con lo que las cosas fueron escritas.




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